Algo te dice que el pedazo de carne con ojos que has visto arrinconado en una esquina, del despacho del profesor, a de ser este. Al salir por las inmediaciones de la villa te has encontrado con multitud de seres horripilantes. Así que lo más probable es que el profesor invocase las fuerzas del mal y estas como agradecimiento, hayan pensado en hacer una bonita barbacoa con sus huesos.  Otro cogería el petate y se iría a casa o a emborracharse pero tu no eres de ese tipo de personas.

La única manera que se te ocurre de detener a las fuerzas del mal es arrojando al fuego el pergamino. Pero las notas musicales han salido volando y algo te dice que si quemas la partitura sin esas notas; probablemente no valga de nada. Así que te prestas recoger todas las notas musicales y devolvérlas al pergamino. Y llevarlo todo a la misma fragua donde el profesor invocó a los seres de ultratumba.